martes, 13 de abril de 2010

EL ENTIERRO DEL CONDE DE ORGAZ (1586 - 88)

Doménikos Theotokópoulos, El Greco

El protagonista de la novela, toledano, no se siente atraído por El entierro... Yo intentaría convencerle, desde distintos puntos de vista, de algunas de las cualidades que atesora esta pintura, por ejemplo:
Iconográficamente es interesante, pues transmite con eficacia el mensaje contrarreformista. Frente a la doctrina protestante que defendía que sólo la fe basta para salvarse, la Iglesia Católica predicaba la necesidad de las buenas obras y ante nuestros ojos vemos como el alma del señor de Orgaz es llevada directamente al cielo por haber actuado así.
Estilísticamente resuelve los dos mundos de manera diferente. Abajo, el terrenal, con gran detallismo y el gusto por las calidades y el pormenor, donde el dibujo domina al color, tal como pasaba en la Roma de donde había venido, pues sin aquel no hubiera podido ser tan minucioso. Arriba, en el ámbito celestial, se manifiesta veneciano, donde estuvo antes que en Roma, pintando esta parte alla prima, aplicando el color directamente. La fortuna crítica del cretense se corresponderá con estos dos mundos: hasta finales del siglo XIX gustará la parte inferior y la otra se considerará fruto del desvarío, de la extravagancia y del desarreglo que estaba amenazando la cabeza del autor. Mientras que el estilo con que resuelve la parte superior, y que será el que desarrolle posteriormente, es el que le ha convertido en un referente de la pintura moderna. Por tanto, esta obra tiene la virtud, si no se viera de él ninguna otra, de reunir las dos maneras o estilos del cretense.
Técnicamente las figuras tienen una base de blanco y, sobre ella, El Greco aplica el color con sucesivas veladuras. No hay foco de luz exterior que las ilumine, sino que la luz está en ellas. Además, participan de la luz de Dios. Y aquí está el quid por el que Jorge, en La puerta de las Meninas, tiene algunas reservas ideológicas. Puede que busque otro más allá diferente a este que termina en Cristo... MARIANO MORALES

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