La escritura de La Vieja dibuja con sencillez una visión transparente y elíptica de nuestro pasado más reciente, y estructura su argumento en narraciones autónomas que no rompen la relación capitular de la novela. En los monólogos interiores de los niños y los ancianos, y en las restantes voces, en su mayor parte femeninas, escuchamos a lo largo de sus páginas el tremendo silencio de la Posguerra y de la Transición españolas.«Piratas», que constituye la tercera parte del libro, obtuvo el primer premio del 2º Certamen Literario Dulce Chacón (2005), convocado por la asociación La Gavilla Verde.
Para más información y leer una fragmento de La Vieja, de Federico de Arce, ir aquí.
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