miércoles, 26 de mayo de 2010

MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES

Gabriel García Márquez, Mondadori

"Desde entonces empecé a medir la vida no por años sino por décadas. La de los cincuenta había sido decisiva porque tomé conciencia de que casi todo el mundo era menor que yo. La de los sesenta fue la más intensa por la sospecha de que ya no me quedaba tiempo para equivocarme. La de los setenta fue temible por una cierta posibilidad de que fuera la última. No obstante, cuando desperté vivo la primera mañana de mis noventa años en la cama feliz de Delgadina, se me atravesó la idea complaciente de que la vida no fuera algo que transcurre como el río revuelto de Heráclito, sino una ocasió única de voltearse en la parrilla y seguir asándose del otro costado noventa años más." ¿Qué más se le puede pedir a un libro que nos regala tamaña reflexión para la vida y la muerte?: ¿una bonita historia, y de amor, que la tiene?; ¿un tiempo y un espacio atractivos hasta el punto de provocar en el lector un cierto sentimiento de "nostalgia histórica", que también?; ¿unos personajes inolvidables, como los que cobran vida en sus páginas?; ¿o una prosa tan sugerente y bella, tan inteligente, que conviertan a quien la traza en el único escritor vivo en nuestra lengua parangonable a Miguel de Cervantes, y autor, por lo demás, de las dos definitivas novelas que uno podría llevarse sin temor, y una por sobaquera, a una isla desierta, como son Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera? ¡Pues helo aquí, y en su mejor momento, con su estilo más depurado, como el de un escritor capaz de hacernos disfrutar con cada una de sus frases, que hay que degustar, que hay que saborear, como se hace con el más amable de los vinos, sorbo a sorbo, poco a poco, chasqueando la lengua una y otra vez! JOAQUÍN COPEIRO

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